Las nuevas tecnologías inundan nuestro contexto cotidiano.. la tele, la compu, el celular...

Así parecería. Nuestras formas de pensar y trabajar se modifican a partir del contacto significatico con estas herramientas.
En estos días comencé a trabajar como residente en un equipo interdisciplinario desde mi rol de Licenciada en Ciencias de la Educación en una institución del sistema público de salud. Concretamente realizo este trabajo en un centro de salud de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. En la oficina donde desarrollamos gran parte del trabajo como creación de proyectos, realización de materiales de difusión y otras tareas referentes a la promoción y prevención en salud no contamos con computadora y por ende la posibilidad de, entre otras cosas, sistematizar la información relevada y trabajada en equipo es manuscrita o en nuestros hogares. De esta manera se pierde la posibilidad de aprovechar muchos de los beneficios de esta herramienta, de agilizar los mecanismos de búsqueda, recolección, sistematización de la información y de trabajar colaborativamente en documentos comunes, de acceso en cualquier momento. Es en estas situaciones donde quienes interactuamos cotidianamente con estas herramientas nos damos cuenta una vez más de los aportes de las tecnologías en nuestras tareas y de la necesidad de que todos posean acceso a estos recursos.